Monólogo interior de un asesino en serie
Bueno Mike, ¿qué vas a hacer
ahora? ¿Crees que lo ha visto? Seguramente sí. Tienes que hacer algo con el
chico antes de que vaya por ahí contando a la policía lo que ha visto. No
debería haber estado husmeando por aquí. Tendrás que pensar algo para él, seguro
que al final resulta hasta divertido meterle a él en la ecuación.
¡¿Qué cojones pasa ahora?! ¿No
puede estar ni media hora quietecita? Que ganas tengo de hacerle a esa puta
todo lo que he planeado. Me encantaría follármela mientras le voy haciendo cortes
por el pecho y el cuello, viendo como se desliza la sangre por su piel, los
ojos llenos de rabia y pánico y los gritos ahogados contra mi mano posada en su
boca haciéndola callar. Sentir como intenta cerrar las piernas inútilmente
mientras me la tiro y sigo haciendo cortes. Será una pena no poder matarla en
cuanto termine o incluso antes, pero la necesito viva unos nueve meses más.
Joder Mike, para ya o no podrás contenerte. Tienes que esperar hasta saber que
no tienen ni puta idea de quién eres.
Ya ha vuelto a despertase la muy
zorra, voy a tener que conseguir más tranquilizantes para mantenerla
tranquila…me está jodiendo mucho la cría esta, se resiste más que todas las
anteriores juntas. Espero que sea igual de resistente en todo lo demás. Desde luego yo me lo voy a pasar genial.
Tengo que meter a su amiguito fisgón dentro del juego previo de alguna manera,
eso hará que ella sienta más miedo aun, cosa que estoy deseando. Aún tengo
tiempo para dedicar a prepararlo todo, debo limpiar un poco la celda donde voy
a mantenerla encadenada mientras esté preñada, no quiero que pille una
infección y eché por tierra tanto trabajo; además tengo que afilar el cuchillo
de mi padre.
El cabrón me enseñó bien… Llegó a
gustarme lo que me hacía, aprendí que el fin justifica los medios, era genial
saber que me quería tanto como para enseñarme lo que es la vida. Solo
necesitábamos más familia, y eso es lo que hacíamos, ampliar la familia. Y si
además mientras te diviertes, pues entonces de puta madre. No echo de menos a mi madre, se llevó su
merecido, se ganó a pulso lo que mi padre y yo le hicimos por no cumplir con su
puto deber de darle los hijos que él quería. Para lo único para lo que servía y
no supo hacerlo. Era una puta inútil incapaz de cumplir con la función que le
corresponde a una mujer. Era una vergüenza, y así terminó. Fue divertido, creo
que es la vez que más unidos hemos estado mi padre y yo, fue un gran momento
padre-hijo.
Él sabía lo que se hacía, fue el
primer día que me dejó hacer algo. No me costó mucho, me gustaba lo que veía
cuando observaba a escondidas cómo lo hacía él. Creo que sabía que miraba mientras
se las follaba y torturaba porque no tuvo que darme apenas indicaciones aquel
día. A partir de entonces empezamos en serio, me adiestraba. Fueron buenos
tiempos, al parecer la policía tenía mejores cosas que hacer que investigar la
desaparición de un montón de mujeres. Me daba unas palizas de la hostia, pero
no tuve problemas con eso, me las merecía y la verdad es que valieron la pena. Me
dejo los pasos para hacerlo lo más placentero y limpio posible y no se me
ocurriría cambiarlo. ¿Para qué cambiar algo que funciona?
Nos gustaban el mismo tipo de
mujeres, pelirrojas de tez pálida; no es lo más fácil de encontrar por eso
cuando la ves tienes que estar preparado. Yo suelo mantenerme escondido unos
días, observando y entreteniéndome pensando que voy a hacer con esa piel tan
suave después.
Mi padre nunca consiguió tener
otro hijo a parte de mí, pero yo lo haré. Quiero tener a alguien al que
enseñarle todo lo que a mí me enseñó él. Quiero pasarle el legado familiar, que
sepa lo que merece la pena en la vida. Quiero que llegue a ser consciente de lo bueno que puede ser todo.
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