Desvarío nocturno
Acabo de terminar de ver Cómo entrenar a tu dragón 2 y estoy feliz. Creo que nunca os lo había contado pero me encantan las películas de animación. Menos Toy Story que no sé por qué, pero nunca me ha gustado. A parte de esa, el resto me encantan. Cada poco tiempo vuelvo a ver alguno y nunca me defraudan. Ahora mismo terminé la película que os digo y me dejo esa sensación de felicidad por dentro y una sonrisa en la cara que, de momento, no puedo borrar. Podrían ser por la historia, por los personajes, por los valores que trata de enseñar... pero no, es por los pequeños detalles que me hacen sonreír, por todos los gestos que podrían pasar desapercibidos pero que sin embargo siguen permaneciendo en mi memoria. Esta películas (y no solo esta, sino un montón de películas de animación) tienen algo especial que me hace recordar mi infancia y sentirme feliz por lo que tengo ahora y por lo que tuve. Creo que de vez en cuando todos necesitamos que nos recuerden que en realidad sí somos feli